Este es el movimiento lento más emocionante de toda la música de cámara. Elegido por el gran chelista Pablo Casals para escucharlo cuando le llegara su última hora, cualquier oyente que se interne en él a corazón abierto sentirá inevitablemente que, al componerlo, Schubert creó algo más que una obra maestra (los otros tres movimientos son también impresionantes): nos legó un testamento sonoro del presentimiento de su propia muerte, que le llegaría menos de dos meses después, con tan sólo 31 años.
Es impresionante la forma en que se van sucediendo los momentos de serenidad y los de zozobra, que parecen surgir no como resultado de la alternancia e interacción entre dos temas (que es uno de los rasgos característicos de la forma sonata), sino como episodios de un conflicto interno no resuelto: el tema que oímos en los cuatro primeros minutos (las referencias temporales son de la versión incluida aquí) nos introduce en una atmósfera de calma apenas inquietada por las notas en “pizzicato” que marcan el final de cada frase; este sosiego se ve desplazado de pronto (minuto 4’15) por una turbulento episodio que nos llena de desazón, como si la espera tranquila de la muerte se viera perturbada por una repentina angustia. Tres minutos después (7’15) ocurre algo extraordinario: la música se detiene, parece titubear, buscar una salida (o un camino de salvación). Es un instante único en la historia de la música de cámara. Tras esos azarosos segundos de tanteo, el violín y el violonchelo (minuto 8’05) se lanzan a un diálogo antagónico que constituye el pasaje más asombroso de la obra: el segundo parece querer avanzar entre estremecimientos, mientras que el primero ha encontrado la paz y empieza a ascender entonando una melodía conmovedora que, más que devolvernos a la serenidad inicial, parece elevarnos a un más allá de beatitud luminosa. Finalmente vuelve el tema del comienzo, una reexposición que permite que el movimiento se vaya extinguiendo de forma natural después de tanta intensidad.
(24-II-2013 - La grabación que teníamos puesta hasta hoy -un enlace a Youtube- se cortaba tres minutos antes del final. Hemos tenido la suerte de encontrar íntegro el mismo vídeo en Vimeo, donde también están accesibles los otros tres movimientos. Da la impresión de que tarda un poco más en cargarse, pero merece la pena escucharlo completo).
P. S. Añadimos una segunda interpretación de este movimiento por si hubiera problemas para escuchar la primera.
SONIDOS EN EL TIEMPO (Antiguo "Música Armenta"). Este blog surgió como página de información y enlaces para los alumnos del I.E.S. Vistazul, que me ayudaron a crearlo y le pusieron su primer nombre. Ahora que me he jubilado puede ser el momento oportuno para iniciar una nueva etapa. Es recomendable elegir una de las secciones que aparecen debajo de este texto, para evitar la mezcla de géneros y épocas del blog.
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Muchas gracias por este análisis! Y también por compartir la emoción que transmite esta composición tan fabulosa de Schubert.
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