La primera escena nos introduce directamente en la acción, con los novios en plenos preparativos de boda. Fígaro mide el dormitorio que el conde les ha cedido "generosamente", mientras Susanna le pide que la mire con el velo de novia que se está probando. La música nos lleva de los discursos diferentes de uno y otro a la armonía amorosa de los últimos compases.
Segundo dúo. Susanna le explica a su prometido las verdaderas intenciones del conde: "dong dong y a mi puerta el diablo lo trae". Queda expuesto en dos palabras el hilo conductor de toda la trama.
En estos dos números podemos apreciar la simpatía que sienten Da Ponte y Mozart por la pareja: se les nota de parte de quién están.
SONIDOS EN EL TIEMPO (Antiguo "Música Armenta"). Este blog surgió como página de información y enlaces para los alumnos del I.E.S. Vistazul, que me ayudaron a crearlo y le pusieron su primer nombre. Ahora que me he jubilado puede ser el momento oportuno para iniciar una nueva etapa. Es recomendable elegir una de las secciones que aparecen debajo de este texto, para evitar la mezcla de géneros y épocas del blog.
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domingo, 10 de octubre de 2010
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO I) - 2
Tras enterarse de las intenciones de su señor, el criado se
dispone a plantarle cara con su única arma, la astucia. Los cambios de la música
expresan muy bien su estado de ánimo, fluctuando entre un tono de hipócrita
cortesía y arrebatos llenos de ira.
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO I) - 3
Presentación del paje Cherubino con todos sus rasgos: un adolescente agitado y ardoroso que no acaba de entender lo que le pasa, pero que está resuelto a averiguarlo recurriendo a todas las féminas que se ponen a su alcance. La letra habla de colores y calores, la música nos revela el latido desbocado de su corazón.
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO I) - 4
El número más famoso de la ópera, culminación del primer acto: Fígaro se burla de Cherubino, castigado por el conde con su inmediata incorporación a filas; el "fanfarrón amoroso" tendrá que cambiar las intrigas de alcoba por la gloria militar. Fijaos cómo esas palabras "alla gloria militar" son subrayadas por los metales de la orquesta. Os pongo aquí un testimonio interesante sobre los ensayos:
(Extracto del diario de Michael Kelly, tenor y compositor que cantó el papel del Conde de Almaviva en el Barbero de Paisiello y estrenó los papeles de Curzio y Don Basilio en Las bodas de Fígaro) “Recuerdo que en el primer ensayo general Mozart se presentó en el escenario con una casaca carmesí y sombrero con galón de oro y marcó el tempo. Benucci cantó el aria de Figaro Non piu andrai con la mayor energía y con toda la potencia de su voz. Yo me encontraba cerca de Mozart, quien sotto voce repetía “Bravo, bravo Benucci”, y cuando llegó el pasaje Cherubino alla gloria militar, que Benucci cantó con voz imponente, se extendió sobre todos un efecto realmente eléctrico. En pleno arrebato hubo un clamor general: “¡Bravo, bravo maestro, viva, viva! ¡grande Mozart!” Los miembros de la orquesta no podían acabar con sus aplausos y los violinistas no cesaban de golpear sus atriles con los arcos. Muchos de los fragmentos fueron repetidos, lo que casi duplicó la duración de la ópera.”
Otra versión del "non piú andrai", con el mismo barítono, Bryn Terfel, y subtítulos en español. De todas formas os pongo aquí el texto en bilingüe, así podréis apreciar que Da Ponte, además de emplear unas cuantas alusiones mitológicas, hace una ingeniosa variante de un tema habitual de la comedia clásica: el soldado fanfarrón.
FIGARO: Non piú andrai
Non più andrai, farfallone amoroso,
No irás más, mariposón amoroso
notte e giorno d'intorno girando;
día y noche rondando alrededor
delle belle turbando il riposo
de las bellas, turbándoles el reposo,
Narcisetto, Adoncino d'amor
Narcisito, pequeño Adonis del amor.
Non più avrai questi bei pennacchini,
No tendrás ya estos bellos penachos,
quel cappello leggero e galante,
ese sombrero ligero y galante,
quella chioma, quell'aria brillante,
esa cabellera, ese aire brillante,
quel vermiglio donnesco color.
ese sonrosado color femenino.
Tra guerrieri, poffar Bacco!
Entre guerreros ¡voto a Baco!
Gran mustacchi, stretto sacco.
Grandes mostachos, ajustada casaca,
Schioppo in spalla, sciabola al fianco,
el fusil a la espalda, el sable al flanco,
collo dritto, muso franco,
cuello erguido, gesto franco,
un gran casco, o un gran turbante,
un gran casco, un gran turbante,
molto onor, poco contante,
mucho honor, poco dinero,
Ed invece del fandango,
Y en vez del fandango
una marcia per il fango.
una marcha por el fango,
Per montagne, per valloni,
por montañas, por valles,
con le nevi e i solleoni.
con las nieves y los grandes calores
Al concerto di tromboni,
al concierto de trombones,
di bombarde, di cannoni,
de bombardas, de cañones,
che le palle in tutti i tuoni
que las balas en todos los tonos
all'orecchio fan fischiar.
al oído hacen silbar.
Cherubino alla vittoria:
Cherubino a la victoria,
alla gloria militar.
a la gloria militar.
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO II) - 5
El paje Cherubino canta ante su adorada condesa y Susanna: "vosotras que sabéis lo que es el amor..." Se le supone tan nervioso que al principio "no le sale la voz", una ocurrencia del director de escena a la que la intérprete y el director de orquesta no han tenido más remedio que plegarse. La segunda versión es más antigua y superior desde el punto de vista musical.
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (FINALE ACTO II) - 6
Empieza el gran lío. Después del enredo entre la condesa, Susanna, Cherubino y el conde, aparece Fígaro un tanto despistado, y el conde lo pone en un aprieto al preguntarle por la nota escrita que había llegado a sus manos. Las cosas se complican aún más con la aparición, primero, del jardinero, que afirma haber visto saltar al paje por la ventana, y después de Bartolo y de Marcellina, la cual reclama de Fígaro el cumplimiento de una deuda: o le paga el dinero que le debe o tiene que casarse con ella, un compromiso que hace las delicias del conde.
Uno de los aspectos más admirados de esta ópera es la frescura con que se hilvana el torbellino de situaciones cambiantes que conforman el Acto II. Los intérpretes de este versión se lucen también como consumados actores.
Uno de los aspectos más admirados de esta ópera es la frescura con que se hilvana el torbellino de situaciones cambiantes que conforman el Acto II. Los intérpretes de este versión se lucen también como consumados actores.
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO III) - 7
El conde lamenta la indiferencia de Susanna ("cruel, ¿por qué me haces padecer así?") y le pide que acuda esa noche al jardín, donde tiene un palacete para "usos múltiples". Ella le contesta con ese "sí... no..." que sintetiza en dos palabras el juego eterno del coqueteo y la seducción, algo que nadie ha sabido representar con más genialidad que Mozart y su libretista Da Ponte. La música refleja las fluctuaciones de ánimo del conde pasando del modo menor (la queja inicial) al mayor ("mi sento dal contento!").
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO III) - 8
La condesa rememora los felices tiempos de su juventud: un "Ubi sunt" literal, porque el aria comienza con la pregunta "Dove sono?", es decir "¿Dónde están?". El recitativo anterior es igualmente emotivo y dura 1'45 minutos.
Junto a la interpretación correspondiente a la grabación que estamos siguiendo (dirigida por John Elliot Gardiner) añadimos una versión muy dramática de la estupenda soprano Dorothea Röschmann, que comienza directamente en el aria.
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO III) - 9
El dúo de la condesa y Susanna, en el que planean el intercambio de trajes y la suplantación de personalidades en el jardín, "sotto i pini del boschetto". Entre las dos redactan la nota que hará al conde morder el anzuelo. Complicidad interclasista frente al poder masculino.
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO III) - 10
"Ecco la marcia, andiamo". Se inicia la celebración nupcial con una animosa marcha "in crescendo", seguida de la imposición del velo (momento aprovechado por Susanna para pasarle al conde la nota redactada en la escena anterior) y del fandango, danza que en aquella época era muy representativa de la exótica España (Casanova, en el capítulo madrileño de sus memorias, lo describía como el baile más sensual que él había conocido, tanto que lo habitual era que las autoridades lo mantuviesen prohibido).
"Ah, la solita usanza..." comenta el conde al recibir el recado con la cita: la vieja costumbre.
"Ah, la solita usanza..." comenta el conde al recibir el recado con la cita: la vieja costumbre.
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO IV) - 11
"Abrid un poco los ojos". Fígaro lanza una feroz invectiva contra el sexo femenino, encolerizado por la supuesta infidelidad de Susanna. Ya presiente sobre su cabeza el adorno de unos cuernos que la propia orquesta se encarga de resaltar humorísticamente en los últimos compases (minuto 2'25 en adelante, figuras de tres notas ascendentes -tururú-tururú-tururú- tocadas por los "corni" o cuernos, que es el nombre que reciben las trompas en italiano y otras lenguas).
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO IV) - 12
Este es, desde el punto de vista musical, uno de los mejores momentos del acto IV: Susanna, sabiendo que Fígaro la está acechando, canta un aria en la que se muestra impaciente por la llegada de "su amado", haciendo creer al celoso criado que está esperando al conde; pero el latido tierno y transparente de la música nos indica que sale de su corazón, que se trata de una declaración sincera de amor por su prometido. La línea vocal posee la misma elegancia noble y delicada que las dos arias de la condesa: no en vano Susanna lleva las ropas de su señora.
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO IV) - 13
Justo antes del "pace pace" hay un pasaje breve y admirable, uno de esos momentos mágicos tan abundantes en Mozart: "Tutto é tranquilo e placido". Fígaro se prepara para sorprender "con las manos en la masa" a Susana y al conde, "la bella Venus y Marte". Con esa facilidad mozartiana para llevarnos de una situación a otra, la música, en un par de compases, nos traslada desde las circunstancias "externas" al interior del protagonista, sugiriendo toda la amargura de un hombre que se siente burlado y traicionado por su prometida justo el día de su boda.
Pero en seguida aparece Susanna disfrazada de condesa y se produce un ingenioso cambio de papeles: Fígaro, tras reconocerla por la voz, decide seguirle el juego y hacer como si cortejara a "la condesa".
Pero en seguida aparece Susanna disfrazada de condesa y se produce un ingenioso cambio de papeles: Fígaro, tras reconocerla por la voz, decide seguirle el juego y hacer como si cortejara a "la condesa".
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO IV) - 14
Uno de los números favoritos del público del Vistazul ha sido sin duda el dúo "Pace pace", en el que los enamorados, después de haberse implicado en mil enredos, burlas y engaños, dejan de lado sus fingimientos y se entregan por fin a la ternura. Fígaro, que ha simulado cortejar a la supuesta condesa sabiendo que es Susanna disfrazada, tranquiliza a su amada apaciguando sus celos. Casi no necesitamos leer el texto para compartir sus sentimientos. Pero aún les queda culminar la argucia destinada al conde.
MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO IV) - 15
Finale. El conde ha mordido el anzuelo, cree haber sorprendido a Fígaro flirteando con su mujer y organiza un tremendo escándalo. Aparecen amantes furtivos por todas partes (¡mi hija!; ¡mi madre! y, por supuesto, ¡el paje!) mientras el criado y la supuesta condesa piden perdón en vano. Entonces surge la sorpresa: la verdadera condesa, que estaba disfrazada de Susanna, muestra su rostro desvelando el engaño y dejando al conde en completa evidencia. Con una de esas transiciones milagrosas que sólo el genio de Mozart es capaz de crear, pasamos en pocos segundos de la cólera a la ofuscación (minuto 1'05, la acelerada fluctuación de las cuerdas nos transmite la sensación de aturdimiento y vértigo del conde) y al triunfo del perdón, la reconciliación y la armonía final. Son dos minutos en los que se precipitan todas las emociones contenidas en la ópera: la indignación del "No!, no!" da paso a la perplejidad, al arrepentimiento (minuto 1'30), a ese momento sublime en el que todos los presentes armonizan sus voces como en un himno de concordia y a la apoteosis final.
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