lunes, 18 de octubre de 2010

SCHUBERT: DES BACHES WIEGENLIED (Canción de cuna del arroyo)

Este Lied de tipo estrófico (la música se repite en cada estrofa, la letra varía) es el broche final (nº 20) del ciclo de canciones "La bella molinera"; Tras un comienzo optimista en el que la naturaleza y el sentimiento de amor correspondido predominan como tema, el ciclo se interna por un sendero de desilusión y dolor, que culmina con esta canción de cuna que en realidad es una especie de canto fúnebre, pues es el arroyo el que se ofrece a acoger y mecer en sus olas al infortunado protagonista. La lenta reiteración de la melodía produce un efecto casi hipnótico de melancolía infinita, como si poco a poco nos fuéramos internando en las aguas heladas del arroyo.

DES BACHES WIEGENLIED

Gute Ruh, gute Ruh!
Tu die Augen zu!
Wandrer, du müder, du bist zu Haus.
Die Treu' ist hier,
Sollst liegen bei mir,
Bis das Meer will trinken die Bächlein aus.

Will betten dich kühl
Auf weichem Pfühl
In dem blauen kristallenen Kämmerlein.
Heran, heran,
Was wiegen kann,
Woget und wieget den Knaben mir ein!

Wenn ein Jagdhorn schallt
Aus dem grünen Wald,
Will ich sausen und brausen wohl um dich her.
Blickt nicht herein,
Blaue Blümelein!
Ihr macht meinem Schläfer die Träume so schwer.

Hinweg, hinweg
Von dem Mühlensteg,
Hinweg, hinweg,
Böses [Mägdlein]1!
Daß ihn dein Schatten nicht weckt!
Wirf mir herein
Dein Tüchlein fein,
Daß ich die Augen ihm halte bedeckt!

Gute Nacht, gute Nacht!
Bis alles wacht,
Schlaf aus deine Freude, schlaf aus dein Leid!
Der Vollmond steigt,
Der Nebel weicht,
Und der Himmel da oben, wie ist er so weit!

CANCIÓN DE CUNA DEL ARROYO

¡Buen descanso, buen descanso!
¡Cierra los ojos!
Caminante cansado, estás en casa.
La fidelidad está aquí,
debes yacer conmigo,
hasta que el mar se beba los arroyuelos.

¡Te acostaré fresco
sobre suave almohada!
En la pequeña cámara azul y cristalina
¡Venid, venid
quienes puedan acunar!
Meced y acunad al muchacho en mi lugar.

Cuando un cuerno de caza resuene
por el verde bosque,
silbaré y zumbaré a tu alrededor.
¡No miréis aquí
azules florecillas!
Hacéis los sueños de mi durmiente muy pesados.
¡Aléjate, aléjate
de la pasarela del molino!
Aléjate, aléjate
malvada muchacha,
para que tu sombra no le despierte.
Échame tu fino
pañuelito
para que los ojos le tape.

¡Buenas noches, buenas noches!
¡Hasta que todos despierten,
duerme tus alegrías, duerme tus penas!
La luna llena sale,
la niebla pasa,
y el cielo ahí arriba, qué ancho es.

(Traducción de Pilar Lirio y Uta Weber)




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