Esta aria representa un momento de abatimiento y zozobra del protagonista de la ópera "Julio César" frente a su incierto destino. Tras la derrota de su ejército, el héroe contempla en la playa los estragos del infausto combate y, temiendo por la suerte de su amada Cleopatra, pide a las brisas que le ayuden a encontrarla y que insuflen aliento en su pecho para afrontar el desastre.
Con su genio para expresar musicalmente los estados psicológicos de sus personajes y las situaciones dramáticas que afrontan, Haendel envuelve la escena en un movimiento ondulante de las cuerdas que sugiere el vaivén de las olas próximas y de las brisas invocadas, al tiempo que refleja la agitación íntima de César.
El papel de Julio César lo escribió Haendel para el “castrato” Senesino, un intérprete de enorme fama en su tiempo que encarnó otros grandes personajes operísticos del compositor. Se trataba de protagonistas masculinos que cantaban con el mismo registro agudo que las mujeres, una convención muy extendida en la ópera barroca. Hoy día ese repertorio lo encontramos abordado tanto por los contratenores como por las mezzosopranos y contraltos, algunas tan excelentes como Joyce DiDonato o Sarah Connolly, o, remontándonos un poco en el tiempo, la gran Janet Baker.
Esta grabación es del año 2007, una época en la que el contratenor Andreas Scholl (poseedor, en nuestra opinión, del timbre más bello de su cuerda) se encontraba en plena madurez vocal e interpretativa.