domingo, 10 de octubre de 2010

MOZART - LAS BODAS DE FÍGARO (ACTO IV) - 15

Finale. El conde ha mordido el anzuelo, cree haber sorprendido a Fígaro flirteando con su mujer y organiza un tremendo escándalo. Aparecen amantes furtivos por todas partes (¡mi hija!; ¡mi madre! y, por supuesto, ¡el paje!) mientras el criado y la supuesta condesa piden perdón en vano. Entonces surge la sorpresa: la verdadera condesa, que estaba disfrazada de Susanna, muestra su rostro desvelando el engaño y dejando al conde en completa evidencia. Con una de esas transiciones milagrosas que sólo el genio de Mozart es capaz de crear, pasamos en pocos segundos de la cólera a la ofuscación (minuto 1'05, la acelerada fluctuación de las cuerdas nos transmite la sensación de aturdimiento y vértigo del conde) y al triunfo del perdón, la reconciliación y la armonía final. Son dos minutos en los que se precipitan todas las emociones contenidas en la ópera: la indignación del "No!, no!" da paso a la perplejidad, al arrepentimiento (minuto 1'30), a ese momento sublime en el que todos los presentes armonizan sus voces como en un himno de concordia y a la apoteosis final.



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