SONIDOS EN EL TIEMPO (Antiguo "Música Armenta"). Este blog surgió como página de información y enlaces para los alumnos del I.E.S. Vistazul, que me ayudaron a crearlo y le pusieron su primer nombre. Ahora que me he jubilado puede ser el momento oportuno para iniciar una nueva etapa. Es recomendable elegir una de las secciones que aparecen debajo de este texto, para evitar la mezcla de géneros y épocas del blog.
Categorías
- Inicio
- Canción culta y Lied
- Música y Mitología
- Música de cine
- Canción Popular
- Música del Renacimiento y del Barroco temprano
- Música barroca
- Música barroca - Bach
- Música barroca - Haendel
- Música del clasicismo
- Música romántica - El scherzo
- Música romántica - Música de cámara
- Música clásica navideña
- Música popular navideña
- Música POP
- La flauta mágica
- Carmen de Bizet
- Las bodas de Fígaro
Lista de blogs
sábado, 28 de octubre de 2023
Haendel: "Aure, deh, per pietá" (Giulio Cesare) subtitulada. Andreas Scholl, Lars Ulrich Mortensen.
sábado, 7 de octubre de 2023
Sirenas y Ondinas. Dvorak: "Rusalka", Aria de la luna (subtitulada). Asmik Grigorian.
La protagonista de esta ópera es una ondina que se ha enamorado de un príncipe y está decidida a hacerse humana para buscarlo y vivir con él, a costa de una serie de sacrificios que no culminarán en un final feliz. El argumento tiene algunas confluencias con el cuento de Andersen “La sirenita”, pero se desarrolla en el mundo de las “rusalki”, espíritus de las aguas de las leyendas de Ucrania y el sur de Rusia.
El eje argumental de la obra se
apoya en el incierto deambular de la protagonista entre dos mundos, el suyo
propio y el de los humanos, que resulta mucho más duro y cruel de lo que ella esperaba.
En esa travesía están presentes dos aspectos característicos de los cuentos populares,
la salida del núcleo familiar al mundo de los adultos y las tortuosas pruebas y dificultades que acechan a la unión amorosa. Y hay otro factor que se puede
relacionar con nuestro subconsciente, la atracción que nos despierta el mundo anfibio
del que procedemos.
En esta aria, Rusalka se dirige a la luna pidiéndole que la ayude a encontrar a su amado. El romanticismo de la escena, con la noche, la luna y el lago como marco, y el encanto envolvente de la música, con su gran fuerza evocadora y ese punto de melancolía propio de la música eslava, han convertido este número en el más conocido de la ópera y en una de las piezas favoritas del repertorio de las sopranos líricas. En esta versión se puede echar de menos la correspondiente escenografía, pero la interpretación de la cantante lituana Asmik Grigorian es tan sentida y convincente que suple con creces esa ausencia.
DE MONSTRUOS VOLADORES A ONDINAS SEDUCTORAS
Las tradiciones míticas europeas
están pobladas de espíritus de las aguas con muy diversas apariencias y
denominaciones, desde las clásicas náyades y nereidas griegas a las ondinas de las
leyendas populares, pasando por la francesa Melusina, la germánica Lorelei o las
rusalki eslavas. Aunque en algunos casos tengan nombre propio, suelen
aparecer como entidades colectivas femeninas, y su principal rasgo común es que
viven en el mundo acuático: ríos, fuentes, lagos, mares... En cambio difieren
en su comportamiento: mientras que muchas de ellas se caracterizan por su
capacidad de atraer con su canto a los hombres con intenciones generalmente
malévolas, otras (las ninfas fluviales, por ejemplo) tienen un cometido benéfico
sobre la naturaleza y la vida.
En tiempos modernos, la figura que tendemos a identificar con esos seres de aspecto seductor y querencia natural por el agua es la Sirena, que sin embargo presentaba unos rasgos muy diferentes en los antiguos relatos mitológicos de los que surgió: en la Grecia clásica las seirenes (σειρήνες) son descritas como seres monstruosos, mitad mujer y mitad ave, que desde los promontorios de las costas, normalmente en grupos de tres, atraían con su canto a los navegantes conduciéndolos hacia los escollos más peligrosos, o bien los enloquecían haciendo que se lanzaran al agua en pos de ellas, mientras que posteriormente se las ha identificado con la más extendida representación de mujeres con cola de pez que de vez en cuando se asoman con curiosidad a nuestro mundo y pueden llegar a enamorarse de un ser humano.
Aquellas temibles sirenas primigenias protagonizaron dos de los episodios más conocidos de la mitología griega: la pugna con Orfeo cuando este formaba parte de la tripulación de la nave Argo, junto con Jasón y los argonautas, y el fracasado intento de seducción de Odiseo (Ulises) cuando el héroe y sus hombres surcaban los mares en su largo viaje de retorno a Ítaca.
En el primero se enfrentan dos fuerzas musicales extraordinarias, el canto seductor de las sirenas, que ningún mortal había podido resistir nunca, y el de Orfeo, que ya había demostrado su poder frente a las fieras y las tempestades. Y es este el que se impone, salvando así a sus compañeros del pérfido maleficio que les acechaba. En esta historia, como en muchas otras, se pone de manifiesto la relación etimológica directa entre los verbos “encantar” y “cantar”.
En ambos casos está presente el mismo elemento que ya hemos comentado en el capítulo dedicado al Orfeo de Gluck: el poder de la Música para conmovernos y afectarnos hasta hacernos perder la cordura.
Enlace a una conferencia de Carlos García Gual sobre las
sirenas:
https://www.youtube.com/watch?v=Xeb1nWkEbwk
Haendel: Haec est Regina Virginum. Bethany Horak-Hallek, Laurence Cummings
viernes, 29 de septiembre de 2023
Henri Duparc: "L'invitation au voyage" (Baudelaire) con subtítulos. Benjamin Bernheim, Florence Boissolle.
“La invitación al viaje” es la más conocida de las 13 “mélodies” publicadas por Henri Duparc (1848-1933), un compositor tan severo con su producción artística que no permitió que viera la luz más que una mínima parte de sus obras, dejando sin terminar o sin publicar (o incluso destruyendo) otras muchas. Baudelaire había dedicado el poema a la actriz Marie Daubrun, que en esa época (1857) era su amante. La mayoría de los expertos afirman que el país lejano que se está sugiriendo es Holanda, pero el pianista Graham Johnson, un gran especialista en Lied y “Mélodie”, considera que se alude a las Indias Orientales Holandesas (la actual Indonesia), lo que encaja mejor con las descripciones de exotismo, lujo y voluptuosidad de los versos. En cualquier caso, más que referirse con precisión a un lugar, se trata de proponerle a la amada una huida a un escenario de ensueño donde vivir la relación amorosa plenamente. Duparc llevó el poema a los pentagramas en 1870. Eliminó la segunda de las tres estrofas y moldeó las otras dos con una hechura musical tan poderosa que para los que conozcan la composición resulta imposible leer los versos sin que resuenen las notas con ellos. La alianza de los dos genios creadores da como fruto una de esas canciones mágicas en las que la música y el texto, más que complementarse, se potencian y fecundan mutuamente hasta elevar el resultado final a un nivel muy por encima de la mera combinación de palabras y sones musicales. L’Invitation au Voyage - Charles Baudelaire Mon enfant, ma sœur, Songe à la douceur D’aller là-bas vivre ensemble! Aimer à loisir, Aimer et mourir Au pays qui te ressemble! Les soleils mouillés De ces ciels brouillés Pour mon esprit ont les charmes Si mystérieux De tes traîtres yeux, Brillant à travers leurs larmes. Là, tout n’est qu’ordre et beauté, Luxe, calme et volupté. (Des meubles luisants, Polis par les ans, Décoreraient notre chambre ; Les plus rares fleurs Mêlant leurs odeurs Aux vagues senteurs de l’ambre, Les riches plafonds, Les miroirs profonds, La splendeur orientale, Tout y parlerait À l’âme en secret Sa douce langue natale. Là, tout n’est qu’ordre et beauté, Luxe, calme et volupté.) Vois sur ces canaux Dormir ces vaisseaux Dont l’humeur est vagabonde; C’est pour assouvir Ton moindre désir Qu’ils viennent du bout du monde. – Les soleils couchants Revêtent les champs, Les canaux, la ville entière, D’hyacinthe et d’or; Le monde s’endort Dans une chaude lumière. Là, tout n’est qu’ordre et beauté, Luxe, calme et volupté. Charles Baudelaire, Les Fleurs du mal (1857) Traducción del poema: Carmen Torreblanca y José Armenta
martes, 26 de septiembre de 2023
Haendel: Coro "Jealousy, Infernal Pest" (Hércules) subtitulado. Joyce DiDonato, William Christie, Les Arts Florissants. Luc Bondy.
Esta formidable escenificación del delirio de los celos pertenece al Acto II del drama musical de Haendel “Hércules”, estrenado en Londres en 1745 en forma de oratorio. El libreto de Thomas Broughton está basado libremente en la tragedia de Sófocles “Las Traquinias” y, en menor medida, en el libro IX de la “Metamorfosis” de Ovidio.
La protagonista, Deyanira, sospecha que su esposo Hércules (Heracles en la tragedia original) la engaña con Yole, una joven princesa extranjera que el héroe ha traído prisionera de su más reciente expedición bélica, lo que la hace caer en un trastorno cada vez más exasperado de resentimiento y hostilidad. En vano intenta disuadirla el heraldo Licas, con el que la vemos disputar al comienzo de la escena (encarnado por una contralto). El coro, en una impresionante intervención que nos sitúa en un marco genuinamente trágico, describe con palabras rotundas el desvarío funesto que la está corroyendo. Su joven hijo Hilo, enamorado de la muchacha cautiva, asiste impotente al drama.
Las cosas acabarán tomando un curso aciago en el Acto III, de acuerdo con la tradición del mito: en su afán por recuperar el interés de su marido, Deyanira recuerda que el centauro Neso, en el momento de su muerte, le había aconsejado que guardara parte de la sangre que él estaba derramando porque tenía el poder de despertar la pasión amorosa perdida. En realidad el centauro estaba urdiendo antes de morir una forma de vengarse: momentos antes había intentado abusar de Deyanira y Hércules le había disparado desde lejos una de sus flechas envenenadas con la sangre de la hidra de Lerna, alcanzándolo en el pecho y provocándole una espantosa agonía. El consejo que Deyanira recibe ingenuamente era una forma de pagarle a Hércules con la misma moneda, pero a largo plazo. Y, en efecto, Deyanira impregnará una túnica con la sangre de Neso que ella había guardado y se la hará llegar a Hércules como obsequio de reconciliación, con el desenlace esperado por el calculador centauro.
A esa música ominosa se contrapone el estilo liviano y volátil de las frases centrales (minuto 3'50): en este caso no se trata sólo de la obligada función de contraste que tiene la sección intermedia en la estructura “Da Capo” (A-B-A), sino que el compositor está expresando musicalmente la levedad e inconsistencia de las pruebas en las que los celos fundamentan su razón de ser: “Trifles, light as floating air”. Esta obra, en su condición de oratorio profano, estaba pensada para una interpretación de concierto, por lo que en el libreto se indica que Deyanira y Licas salen al terminar su parte, ausentándose de la continuación orquestal y coral. Pero estamos en una representación operística y el director escénico, Luc Bondy, ha tenido la inteligente idea de mantener a la protagonista sobre las tablas todo el tiempo, haciendo que el dedo acusador del coro y la atención de los espectadores recaigan sobre ella. Con un resultado extraordinario: Joyce Didonato, sin cantar una sola nota (tan sólo la oímos en el breve recitativo inicial) sostiene la tensión dramática de la escena con una magnífica actuación en la que demuestra que es tan buena actriz como cantante. Su expresión facial y sus movimientos parecen el equivalente visual idóneo de esta desazonante página de Haendel.
lunes, 25 de septiembre de 2023
Purcell: Dido y Eneas. Aria "When I’m laid in earth" (con subtítulos). Xenia Meijer, Jan Willem de Vriend
Director de escena : Erik Vos. Combattimento Consort de Amsterdam.
El adiós a la vida de la protagonista de “Dido y Eneas” es probablemente el lamento más famoso de la música barroca, con toda justicia. La memorable historia de amor y muerte de la reina de Cartago, narrada magistralmente por Virgilio en el libro IV de la Eneida, tiene su más lograda plasmación musical en esta breve ópera inglesa de finales del siglo XVII, que culmina en el desenlace que traemos aquí. Como otros lamentos escénicos, generalmente vinculados a la inminencia o la invocación de la muerte, este de Purcell se vale de tres rasgos musicales básicos: el uso del cromatismo, la preferencia por el modo menor y la repetición de una figura de bajo en líneas descendentes que nos sumerge en esa proximidad a la muerte, a la bajada a la tierra y al Hades. El compositor británico, que cuenta con un excelente libreto de Nahum Tate, lleva a un nivel excepcional estos recursos.
Jean Louis Mazieres . Muerte de Dido
No se aprecia bien en este montaje que Dido está dirigiéndose a su hermana (Anna en la epopeya virgiliana, Belinda en la ópera), a quien le ha pedido en el recitativo anterior que le dé la mano y le preste apoyo en el trance final: "la muerte es ahora una invitada bien recibida" ("Death is now a welcome guest"), es la frase que antecede al aria que vemos aquí, en la que le ruega a Belinda que borre de su memoria su infausto destino y expresa el deseo de que sus errores no le traigan pesadumbre, todo ello subrayado por la punzante repetición de las palabras “Remember me”. A continuación, el coro invoca con tonos fúnebres a los dioses del amor para que monten guardia eterna en la tumba de la desgraciada reina.
Recordemos que Anna ha sido la única persona a quien la reina le revela los sentimientos que le despierta Eneas, ese noble extranjero al que ha acogido en su palacio tras escuchar las incontables desventuras con que los hados lo han zarandeado: Anna soror, quae me suspensam imsomnia terrent!, le confiesa en un momento de intimidad, trastornada por los perturbadores deseos y los turbios presentimientos que agitan sus noches.
Todo ese canto IV de la Eneida, fuente principal del libreto de Tate, está dedicado a los inicios, la culminación y el punto final de los amores entre el príncipe troyano y la reina púnica, que tienen un término abrupto y una consecuencia trágica, el suicidio de la reina tras increpar amargamente a su amante fugitivo.
Traducción de los subtítulos: José Armenta
domingo, 24 de septiembre de 2023
Berlioz: Los Troyanos, Coro y dúo de amor (subtitulado).
Gluck: "¡Desgraciada Ifigenia!" (de "Iphigénie en Tauride"). Stéphanie d'Oustrac (versión I), Susan Graham (versión II)
Haendel. Aria 'Se vago rio' (Aminta e Fillide). Shakèd Bar, Les Arts Florissants, William Christie.
HAENDEL: Aria “Se vago rio” de la cantata pastoril “Aminta e Fillide”, compuesta en Italia y reutilizada posteriormente por el compositor en la ópera “Rinaldo” como dúo, con el título “Il vostro maggio”. Shakèd Bar (soprano); Les Arts Florissants, William Christie. Castell de Peralada.
AMINTA Se vago rio Si un bello río Fra sassi frange rompe entre las rocas L’amato argento, sus aguas de plata, Al fin contento contento al fin Posa nel mare. reposa en el mar. Ma il ciglio mio, En cambio mis ojos, Che sempre piange, siempre afligidos, Non trova seno no hallan un regazo Che ponga freno que ofrezca alivio Al suo penare. a su penar.
Haendel: "He gave them hailstones for rain" (Israel en Egipto) subt. Václav Luks, Collegium 1704
Haendel: Theodora, Coro final "O Love Divine" subtitulado. Coro y O. del Trinity Wall St., Avi Stein
Haendel: Coro “O Love Divine” del Oratorio “Theodora”. Libreto de Thomas Morell. The Choir of Trinity Wall Street, Trinity Baroque Orchestra. Director, Avi Stein. Theodora es el penúltimo oratorio de Haendel, compuesto cuando tenía 63 años y estaba empezando a quedarse ciego. El compositor lo consideraba uno de sus mejores trabajos, pero su acogida quedó muy lejos del éxito obtenido por sus obras anteriores de tema sacro. El coro final es uno de los momentos más profundos y bellos de la obra: después de que los protagonistas, Teodora y Dídimo, hayan expresado en un dúo anterior su disposición a aceptar con serenidad y alegría la condena a muerte por no abjurar de su fe, el grupo de cristianos que los acompaña ruega al cielo que les conceda el mismo fervor (“equal fire and equal zeal”) que anima a estos a afrontar el martirio. El tono pausado, en mezzopiano, de los primeros versos progresa a un crescendo y un vibrante giro a modo mayor en las palabras “That we the glorious spring…”, para retornar después a la suave claridad inicial y desembocar en un respetuoso silencio (sin las “ovaciones precoces” que tanto abundan por estos lares) tras los compases finales. Traducción: José Armenta