sábado, 7 de octubre de 2023

Sirenas y Ondinas. Dvorak: "Rusalka", Aria de la luna (subtitulada). Asmik Grigorian.

Asmik Grigorian, Vytautas Lukočius. Vilna, 2018.


Traducción del texto checo: MARIA DEL MAR HUETE (publicada en Kareol).

 La protagonista de esta ópera es una ondina que se ha enamorado de un príncipe y está decidida a hacerse humana para buscarlo y vivir con él, a costa de una serie de sacrificios que no culminarán en un final feliz. El argumento tiene algunas confluencias con el cuento de Andersen “La sirenita”, pero se desarrolla en el mundo de las “rusalki”, espíritus de las aguas de las leyendas de Ucrania y el sur de Rusia.


Escultura de "La sirenita" en Copenhague, 
en homenaje a Hans Christian Andersen

El eje argumental de la obra se apoya en el incierto deambular de la protagonista entre dos mundos, el suyo propio y el de los humanos, que resulta mucho más duro y cruel de lo que ella esperaba. En esa travesía están presentes dos aspectos característicos de los cuentos populares, la salida del núcleo familiar al mundo de los adultos y las tortuosas pruebas y dificultades que acechan a la unión amorosa. Y hay otro factor que se puede relacionar con nuestro subconsciente, la atracción que nos despierta el mundo anfibio del que procedemos.


Sirena de John William Waterhouse

En esta aria, Rusalka se dirige a la luna pidiéndole que la ayude a encontrar a su amado. El romanticismo de la escena, con la noche, la luna y el lago como marco, y el encanto envolvente de la música, con su gran fuerza evocadora y ese punto de melancolía propio de la música eslava, han convertido este número en el más conocido de la ópera y en una de las piezas favoritas del repertorio de las sopranos líricas. En esta versión se puede echar de menos la correspondiente escenografía, pero la interpretación de la cantante lituana Asmik Grigorian es tan sentida y convincente que suple con creces esa ausencia.


En esta otra sirena de Waterhouse el elemento musical 
predomina sobre el de la belleza física, que es esencial en la anterior.


DE MONSTRUOS VOLADORES A ONDINAS SEDUCTORAS

Las tradiciones míticas europeas están pobladas de espíritus de las aguas con muy diversas apariencias y denominaciones, desde las clásicas náyades y nereidas griegas a las ondinas de las leyendas populares, pasando por la francesa Melusina, la germánica Lorelei o las rusalki eslavas. Aunque en algunos casos tengan nombre propio, suelen aparecer como entidades colectivas femeninas, y su principal rasgo común es que viven en el mundo acuático: ríos, fuentes, lagos, mares... En cambio difieren en su comportamiento: mientras que muchas de ellas se caracterizan por su capacidad de atraer con su canto a los hombres con intenciones generalmente malévolas, otras (las ninfas fluviales, por ejemplo) tienen un cometido benéfico sobre la naturaleza y la vida.


Sirena funeraria de la Grecia antigua, con alas

En tiempos modernos, la figura que tendemos a identificar con esos seres de aspecto seductor y querencia natural por el agua  es la Sirena, que sin embargo presentaba unos rasgos muy  diferentes en los antiguos relatos mitológicos de los que surgió: en la Grecia clásica las seirenes (σειρήνες) son descritas como seres monstruosos, mitad mujer y mitad ave, que desde los promontorios de las costas, normalmente en grupos de tres, atraían con su canto a los navegantes conduciéndolos hacia los escollos más peligrosos, o bien los enloquecían haciendo que se lanzaran al agua en pos de ellas, mientras que posteriormente se las ha identificado con la más extendida representación de mujeres con cola de pez que de vez en cuando se asoman con curiosidad a nuestro mundo y pueden llegar a enamorarse de un ser humano.


Cerámica griega antigua representando a una sirena

Aquellas temibles sirenas primigenias protagonizaron dos de los episodios más conocidos de la mitología griega: la pugna con Orfeo cuando este formaba parte de la tripulación de la nave Argo, junto con Jasón y los argonautas, y el fracasado intento de seducción de Odiseo (Ulises) cuando el héroe y sus hombres surcaban los mares en su largo viaje de retorno a Ítaca.  


Ulises y las sirenas, de John W. Waterhouse.

Ulises tentado por las sirenas, de H. D. James Draper. En contraste con la pintura anterior, 
aquí las sirenas están representadas con forma de seductores seres acuáticos.

En el primero se enfrentan dos fuerzas musicales extraordinarias, el canto seductor de las sirenas, que ningún mortal había podido resistir nunca, y el de Orfeo, que ya había demostrado su poder frente a las fieras y las tempestades. Y es este el que se impone, salvando así a sus compañeros del pérfido maleficio que les acechaba. En esta historia, como en muchas otras, se pone de manifiesto la relación etimológica directa entre los verbos “encantar” y “cantar”.  


Orfeo domina la naturaleza con su música. Mosaico romano.

En el segundo episodio no hay fuerza humana que pueda contrarrestar el embrujo de las sirenas, pero el astuto Ulises, al que previamente había aconsejado la hechicera Circe, urde un ingenioso plan para escuchar las voces seductoras sin perecer en el intento: se hace atar por sus hombres al mástil del barco y les ordena que de ningún modo lo desaten hasta que hayan dejado atrás las sinuosas aguas que están a punto de atravesar, pero antes les tapa los oídos con cera a todos ellos. Y la cosa se desarrolla según lo previsto: la tripulación no puede oír nada y hace caso omiso de las desesperadas contorsiones de Ulises, el cual, trastornado por el melodioso hechizo, intenta inútilmente liberarse de sus ataduras para lanzarse al agua, pero, una vez pasado el peligro, retendrá en la memoria ese sublime encantamiento con el que sólo él ha podido deleitarse. Para completar el cuadro, las sirenas, desquiciadas por su fracaso, se suicidan arrojándose al mar.  






Episodio de Odiseo y las sirenas: tres imágenes 
de la misma representación  en cerámica griega antigua.

En ambos casos está presente el mismo elemento que ya hemos comentado en el capítulo dedicado al Orfeo de Gluck: el poder de la Música para conmovernos y afectarnos hasta hacernos perder la cordura.

 

Enlace a una conferencia de Carlos García Gual sobre las sirenas:

 

https://www.youtube.com/watch?v=Xeb1nWkEbwk

 

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