Este dúo es una de las páginas más conocidas de Haendel y pertenece a la obra “L’allegro, il penseroso ed il moderato”, una especie de oda pastoral de contenido filosófico que el compositor, dotado de una poderosa vena teatral, concibió en forma dramatizada, pese a que no tiene verdaderos personajes, ni conflicto, ni argumento propiamente dicho: los protagonistas son los tres “humores” o temperamentos mencionados en el título: El alegre, el meditativo o melancólico y el moderado. La obra se estrenó en Londres en 1740.
Las dos primeras partes del libreto están basadas en sendos poemas de Milton con los mismos títulos, adaptados en forma dialogada por James Harris. Muchos especialistas opinan que esos dos primeros humores reflejan los dos extremos del carácter de Haendel, que oscilaba entre la euforia y la melancolía, entre el polo extravertido y el introvertido. El caso es que, una vez compuestas esas dos partes, Haendel acordó con su amigo Charles Jennens añadir una tercera que sirviera de término medio y síntesis entre los dos caracteres opuestos, “Il moderato”. Y así queda plasmado en este dúo con el que prácticamente concluye la obra (le sigue el coro final), que expresa la conciliación de los dos temperamentos mediante un texto que contrapone la incertidumbre "penserosa" de la noche a la alegre claridad del día, y una música que irradia a un tiempo optimismo y una especie de serena introspección.
Ese tercer acto es obra íntegra de Jennes, pero para el dúo final se basó directamente en unos versos que Shakespeare había puesto en boca de Próspero, el protagonista de “La tempestad”. Los reproducimos aquí:
The charm dissolves apace,
And as the morning steals upon the night,
Melting the darkness, so their rising senses
Begin to chase the ignorant fumes that mantle
Their clearer reason.
(The Tempest V: 1 64-68).
La idea de que, del mismo modo que la mañana se impone a la noche, la Verdad y la Razón triunfan sobre las trampas de la fantasía y las nieblas del pensamiento, puede parecernos muy propia del siglo de las luces, pero ya la había enunciado Shakespeare a principios del siglo anterior.
En YouTube pueden escucharse muchas versiones excelentes de este dúo, en especial, para nuestro gusto, las dos que están cantadas por la soprano Amanda Forsythe. Pero creemos que ninguna supera a la que traemos aquí en la parte del tenor, John Mark Ainsley, uno de los más grandes intérpretes de Haendel de las últimas décadas. Aquí dejamos el enlace a otro de sus grandes registros fonográficos, el del aria “Waft her, angels, through the skies” del oratorio “Jephta”.
El vídeo muestra imágenes del Londres moderno, un paseo que arranca justo cuando el alba empieza a imponerse a la noche. Los protagonistas, amorosos y vestidos de gala, caminan solitarios por las orillas del Támesis y se cruzan luego con hileras de ciudadanos que van al trabajo. El encanto del recorrido, en nuestra opinión, radica más en la belleza de la música y en la magnífica interpretación de los dos cantantes que en el trabajo visual del realizador.
As steals the morn upon the night - Como el alba desplaza con sigilo
And melts the shades away - a la noche, y disipa sus tinieblas,
So Truth does Fancy’s charm dissolve - disuelve la Verdad dulces quimeras
And rising Reason puts to flight - y la Razón que asciende pone en fuga
The fumes that did the mind involve - las brumas que ofuscaban la conciencia
Restoring intellectual day. - al restaurar la lucidez del día.
Traducción: José Armenta
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