Joyce DiDonato culmina un magnífico recital en el Festival Barroco de Bayreuth con esta propina que le permite lucir su dominio soberano de las agilidades. Se podría decir, parafraseando el texto del aria, que su voz brilla con absoluta pureza y colma de alegría a los músicos de la orquesta, al público de la sala y a todos los que tenemos la fortuna de escucharla.
La escena pertenece al Acto III de la ópera “Ariodante”, en el que se resuelve felizmente el tortuoso enredo del Acto II, que ha llevado al protagonista al borde del suicidio tras descubrir que su prometida, la princesa Ginebra, tiene relaciones íntimas con el turbio Polinesso. A ese momento de desesperación pertenece el aria “Scherza Infida”, una de las más conmovedoras y hermosas de Haendel, que hemos publicado en esta misma página interpretada asimismo por Joyce DiDonato.
En realidad todo había sido un engaño urdido por Polinesso, que con su perfidia provoca una desmesurada reacción de rechazo contra Ginebra por parte de su propio padre y de Ariodante, con mucha honra mancillada, retos, peleas de espadachines y numeritos medievales diversos. Finalmente todo se descubre y el malvado recibe su castigo, la pobre Ginebra es rehabilitada en su honor de dama virginal y Ariodante, pleno de dicha, canta esta aria llena de alusiones al contraste entre la negra noche de su desventura y el radiante día de su felicidad recuperada, después de haberse salvado por los pelos de un terrible “naufragio”.
El arte musical de Haendel ya nos había mostrado con maravillosa expresividad el anterior sentimiento de zozobra y ahora encarna la euforia del momento con una fuerza arrebatadora.
Traducción: Mateo Jarnés
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