lunes, 15 de enero de 2024

Esta aria sublime de Haendel pertenece al último de sus oratorios, "Jephtha", escrito mientras iba perdiendo gradualmente la vista. Uno no sabe si admirar más la belleza de la melodía o el acompañamiento de la cuerda, que juega a imitar con variaciones el tema de la voz a la vez que lo acuna en un vaivén continuo que sugiere magistralmente el movimiento ondulante expresado en el primer verso.

La historia bíblica de Jefté es la de un caudillo israelita que le ha prometido al Todopoderoso que, si le concede la victoria en un combate contra los amonitas, le sacrificará a la primera persona que le salga al encuentro. Para su desgracia, esa persona resulta ser su propia hija Iphis, que está a punto de contraer matrimonio. En la versión del oratorio, que difiere en este punto de la del Antiguo Testamento, cuando Jefté se dispone a cumplir su promesa aparece un ángel que le ofrece cancelar el sacrificio a cambio de que Iphis se consagre a Dios el resto de su vida.

El aria recrea el momento inmediatamente anterior al sacrificio, en el que Jefté ruega porque su hija sea elevada a los cielos.

Excelente interpretación, delicada y bien matizada, del tenor norteamericano David Portillo, que, siguiendo la costumbre de la época del compositor, introduce unas acertadas variaciones en la reexposición del tema.

Al frente de la orquesta vemos a la directora británica Jane Glover, gran experta en el repertorio barroco y clásico, de la que recientemente se ha publicado en España el libro “Handel en Londres. La forja de un genio” (Editorial Scherzo).

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